En la sesión número VIII hablamos sobre el dinero, el valor económico de las cosas, los productos, las personas, nuestras acciones, etc.
Al vivir en sociedades inmersas en transacciones de bienes y servicios por dinero y de ejemplos televisados de personas ricas que parecen tener una vida más sencilla con estas monedas y billetes, acudimos a la reflexión de la Comunidad de Indagación para reflexionar, acompañados del cuento titulado ¡Quiero dinero! dentro de la colección "Sin Nombre" de Angélica Sátiro. Lo leyeron tres voluntarios (Paula, Rafael y Mireia) y posteriormente lo fuimos repasando momentos en los que hablan del trueque, las cooperativas o los bancos del tiempo como elementos alternativos a las formas habituales de usar el dinero. Explicamos qué son cada uno y cuáles son sus beneficios y sus complicaciones.
Así pues, iniciamos nuestra reflexión sobre lo que sucede en el relato y nos preguntamos: "¿Por qué un niño quiere dinero sin saberlo? ¿Para qué sirve el dinero?
Desde aquí pudimos ir bastante lejos y extrañamente cerca; algunos pensamos que el dinero sirve para comprar cosas que necesitamos (ropa, alimentos, juguetes, caprichos, etc.), otros pensamos que el dinero no vale por sí mismo, es decir, el dinero no sirve para comer, ni para vestirse con él, necesitamos que alguien lo quiera. "Si viviéramos en una sociedad en la que el dinero nadie lo quiere, ¿podríamos seguir viviendo?", esta fue otra de las hipótesis que tuvimos.
También pasamos por la forma de conseguir dinero habitual: el trabajo. Pensamos en trabajos duros como quien prueba medicamentos, quien es minero o quien labra la tierra. También pensamos trabajos que nos parecen bastantes desagradables y ridiculizantes: besar a desconocidos, desnudarte por dinero, tener que cuidar a insectos que no te gustan, etc.
Y nos preguntamos lo siguiente: ¿Por qué a los adultos no les suele gustar su trabajo? ¿Es trabajar algo malo? ¿Nos gustaría que nos dieran dinero por ir al colegio y ser un buen estudiante?
Y nos preguntamos lo siguiente: ¿Por qué a los adultos no les suele gustar su trabajo? ¿Es trabajar algo malo? ¿Nos gustaría que nos dieran dinero por ir al colegio y ser un buen estudiante?
Tras esto, imaginamos un mundo en el que a los y las estudiantes les pagaran por ir a clase y nos cuestionamos qué podríamos hacer con ese dinero. Muchos hablaron de dárselo a los padres y madres, otros donarlo a gente que no pudiera ir a la escuela, luego no pudiera tener dinero. Otros tantos pensaron que tal vez podría ser ahorrado o gastado en los caprichos que nuestros padres no nos pueden pagar.
Por último, pasamos por la pregunta: "¿Es el dinero bueno o malo?". Esta pregunta, por falta de tiempo, la hemos propuesto para ser trabajada en casa con las familias porque es una pregunta bastante compleja y con múltiples posibilidades. Veremos qué piensan sus familias sobre este tema y cómo nos pueden enriquecer en la próxima sesión traer ideas, reflexiones u opiniones exógenas a nuestra Comunidad de Investigación e Indagación
Por último queríamos agradeceros vuestras habituales visitas, comentarios por aquí o por Facebook y Twitter y, también, vuestras maravillosas muestras de cariño tanto personal o virtualmente.
Esta, desde que comenzamos este blog desde que iniciamos en 2012, es la entrada número 200 y habiendo sobrepasado ya las 100.000 visitas totales, unas 5.000 semanales, no podemos más que estar agradecidos porque si el movimiento de Koiné Filosófica ha sido posible es gracias a las personas que de una manera u otra habéis hecho que este proyecto siga vivo, se desarrolle, mute y se transforme en crecimiento.
Gracias a ti por hacernos "pensar/reflexionar".
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