Koiné: Lengua común que se establece unificando los rasgos de diversas lenguas o dialectos. Pretende generar actividades de Filosofía aplicada y prácticas filosóficas en personas de todas las edades.

domingo, 5 de marzo de 2017

2ª Temporada. I Sesión: Desmontando a princesas rosas y a príncipes azules

Hemos comenzado una nueva temporada de actividades en la biblioteca de Quintanar de la Orden.
Hemos tenido participantes que se han ido y nuevas incorporaciones a la actividad, los dos grupos son más o menos igual de numerosos, pero  tenemos caras nuevas y eso es importante.

Para esta primera sesión hemos elegido iniciar desmontando los estereotipos de príncipes y princesas en los cuentos.
Comenzamos analizando qué son y cómo se comportan las princesas y los príncipes

Hablamos de princesas que suelen ser siempre guapas, elegantes, con vestidos muy bonitos. Son las que se suelen meter en problemas o a las que el príncipe acaba salvando. Hemos visto que el color que parece más típico de princesa es el rosa.
No pueden montar a caballo y siempre tienen que estar a las órdenes del rey que les dicen que hacer en cada momento y cómo deben comportarse. Que los protocolos son muy importantes.
Durante el análisis íbamos poniendo ejemplo de princesas que conocemos y son bastante parecidas: Blancanieves, Yasmín, Cenicienta, Rapunzel, etc.

Los príncipes suelen ser apuestos, visten trajes elegantes pero también mallas cómodas para poder combatir a dragones o a cualquier enemigo que se interponga en sus misiones de salvar princesas o conquistar reinos. Los colores que solemos enlazar a los príncipes son el azul, el rojo o el verde. En la búsqueda de referentes no supimos poner nombres de príncipes, nos extrañó que no encontráramos nombres que nos resultaran conocidos. Raro, ¿no?

Desde esta imagen que creamos, recordado los referentes que tenemos en la cabeza, avanzamos a las lectura de los siguientes cuentos:

-¿Hay algo más aburrido que se una princesa rosa? de Raquel Díaz

-Las princesas también se tiran pedos de IIan Brenman y Ionit Zilberman

-La Cenicienta que no quería comer perdices de Nunila López y Myriam Cameros

Desde este punto, como decíamos, iniciamos una conversación para decontruir esa imagen de qué son las princesas y los príncipes y cómo deben comportarse.

Hablamos de princesas a las que les gusta vestir solo de rosa, quieren vestir de todos los colores y que no quieren ser comparadas con flores que un soplo de viento les tumbe. Vimos como parece un poco absurdo considerar que las princesas son solo eso: flores. Las princesas deberían poder montar a caballo, usar el arco, viajar, brincar, tirarse a los charcos y de vez en cuando rescatar a algún príncipe despistado y algo cobarde que no es capaz de sostener una espada. 
Por cierto, descubrimos que las princesas de los cuentos que conocemos desde que somos pequeños no son como creíamos, ellas las princesas también se tiran pedos. 

Fue curioso porque durante la sesión salió el nombre de una princesa poco conocida que ha tenido poca fama ha tenido y que curiosamente ha inspirado a muchas asistentes. Hablamos de Mérida, una princesa a la que no le importa ir bien peinada, ella no quiere casarse, ella salva a su familia y lucha por ser una igual en su reino. Sabe usar el arco tan bien o mejor que cualquier chico del reino y cabalga estupendamente viajando por el mundo. 
 

Por otro lado, también creamos la figura del príncipe que es capaz de vestir de rosa, limpiar los cuartos de baño y no "ayudar" en las tareas de hogar a la reina y la princesa. Vimos cómo los príncipes pueden ser perfectos cocineros o perfectos fregadores de platos. Los príncipes pueden ser valientes, pero también cobardes y frágiles. Pueden salvar gatitos en lugar de princesas en apuros. También podrían ayudar en las aldeas a cultivar y a recoger frutas, porque los príncipes también tienen que trabajar con la gente de su reino para conocerla.
No son príncipes-ranas que con un beso se convierten en hermosos humanos, son príncipes solidarios, cooperativos y sensibles. Ellos también lloran.

Vimos que existe una injusticia en que sean las princesas las débiles y los príncipes los fuertes, pero entendemos que hay muchos cuentos que se han escrito hace mucho tiempo y entendían que las cosas eran de ese modo, hoy en día cualquier persona puede ser una princesa o tener el rol de la princesa que quieran o del príncipe que más le guste.



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