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lunes, 12 de abril de 2021

Resumen. XII Café Filosófico Virtual: "¿Cuál es el sentido de la vida?

 ** Aviso ** Esto es un resumen de la actividad. Puede contener equívocos y algunos comentarios o aportaciones que se hicieron pero que no se se recopilaron.

Escucha nuestro Podcast de la actividad aquí: 

 

Nuestro Café Filosófico Virtual número 12 comenzó con una actividad que combinaba la cultura del meme con la idea por el sentido de la vida. Les pedí a las/los asistentes que pensaran un meme sobre el sentido de la vida y lo propusieran y este fue el resultado:







 

Cada uno de estos nos fue ayudando a ir dibujando el concepto de vida y sentido y las implicaciones de una y de otra perspectiva. 

En la segunda parte del Café Filosófico abordamos los siguientes textos y los fuimos comentando:

0. Eudemonía

 1. f. Estado de satisfacción debido generalmente a la situación de uno mismo en la vida.

RAE


Los seguidores de esta teoría ética afirmaban que no se puede ser siempre plenamente feliz. Los eudemonistas pensaban que el placer era un complemento de la felicidad. La propuesta principal del eudemonismo es "el bien es aquello que nos hace felices y la felicidad es el aumento de nuestras fuerzas para obrar". Las teorías éticas que se centran en la búsqueda de la felicidad reciben el nombre de eudemonistas. El fin de la vida humana es alcanzar la felicidad. Luego, cada teoría concreta define la felicidad de forma distinta. Para algunas personas, la felicidad es el placer; para otras, la vida contemplativa, la serenidad, etc. Otras teorías éticas consideran que la felicidad es, aunque importante, secundaria para la ética. La ética cristiana resalta las acciones que se ajustan a los mandamientos de Dios. Con el cristianismo, la vida es un tránsito, no un fin en sí mismo. Por eso, lo importante es obrar por deber, siguiendo la ley moral, aunque de momento no alcancemos la felicidad futura, en otro mundo. Kant toma como concepto fundamental el deber, no la felicidad. Lo principal es actuar por deber.

González García, Juan Carlos; Diccionario de filosofía. Editorial EDAF, Biblioteca EDAF; Vol.252. Madrid 2000.

  1. ¿Por qué preguntamos por el “sentido de la vida”?

Esta pregunta es muy antigua y la gran mayoría de la gente, sean filósofos o no, la han hecho en algún momento.  Acabo de buscarlo en Yahoo en su sección de preguntas y respuestas.  Muchos han hecho la pregunta y muchos han respondido.  Algunos dicen “conocer a Dios”, otros “amar”, “ser feliz”, “hacer el bien”.  Otros, por supuesto, son más cínicos.  Y yo, ¿qué digo?  “El sentido de la vida es ____ .”  La verdad no sé y ni siquiera sé si se puede responder de esa forma proposicional.  En vez de llenar el vacío con una respuesta, quisiera preguntar por el propio sentido de la pregunta.  ¿Por qué surge la pregunta?  Supongo que podría plantearse de forma desinteresada como por ejemplo cuando en filosofía preguntamos por la relación entre materia y forma.  Pero se me hace que surge en un contexto más existencial o vital.  La persona que hace la pregunta no está pidiendo la definición o función del hombre o de la vida, tal como un botánico haría con respecto a una planta.  Lo que busca no es SABER una respuesta sino TENER una experiencia de estar vivo, de vivir plenamente, con sentido.  Obviamente, al hacer la pregunta no se siente vivo, su vida no tiene sentido.  Es como si su vida fuera una frase musical cuyas notas tuvieran muy poca relación tonal entre sí, como esto.  Quizá el sentido de la vida consista en tener su diferentes elementos arreglados y unidos entre sí de tal forma que imparta una simple cualidad positiva.  ¿Cómo escuchar o sentir la vida como una sinfonía, como algo que a su largo y ancho está bañado de propósito y sentido?

Mi intento de una respuesta empieza volviendo a las plantas.  Hagamos la siguiente pregunta:  ¿Qué es el sentido de la vida para una planta?  Obviamente, la vida de las plantas no tiene un sentido como tal.  Preguntaríamos más bien por su “función” o “fin”.  ¿Qué hacen las plantas, cuál es su función?  Pues yo no soy botánico pero creo que en general podríamos decir que las plantas crecen, logran a tener cierto tamaño y forma propios de su especie, a tener cierto color como el verde, y a fotosintetizar.  Los antiguos griegos hacían este tipo de pregunta muy seguido.  Todo tiene una función, sea una planta, un martillo, o incluso la psique humana.  Pero no preguntaban sólo por la función sino también por las virtudes (en griego “arete”) necesarias para que cada cosa lograba su fin, para que podía funcionar.  Arete significa poder o excelencia.  En el caso de un martillo, por ejemplo, las virtudes que necesita son una cabeza dura y un mango que uno puede agarrar bien.  ¿Y la planta?  Pues hay ciertas condiciones que requiere, como agua y tierra, pero para poder hacer la fotosíntesis requiere de un poder o virtud que los biólogos llaman heliotropismo.  “Helio” significa sol y “tropos” girar.  Los girasoles son famosos por hacerlo y de hecho por eso se llaman así, porque giran hacia el sol.  Si no tuvieran ese poder no podrían funcionar o al menos no hacer bien su trabajo de fotosíntesis.

Como comenté, los antiguos griegos preguntaban por la función de muchas cosas, incluso la psique humana.  En el sentido más básico, la función del humano para ellos era simplemente vivir, pero como dice Sócrates en el Critón, no simplemente vivir sino vivir bien.  Volviendo a la planta, podemos distinguir entre una planta que apenas vive y una que vive o funciona bien.  Pero no lo es tan fácil con la vida humana.  Sea como sea el contenido de una buena vida humana, la virtud que Sócrates decía que uno necesitaba para vivir bien era la justicia, por la que entendió cierta relación jerárquica entre las diferentes partes del alma.  Aquí no voy a discutir ese gran tema de La república de Platón sino tratar de aportar algo yo.

La fonda filosófica - https://youtu.be/EOjyWjnxaRYMin. 8:44

  1. El sentido de la vida: “Necesidad o trascendencia”.

El querer vivir, el gustarnos vivir, es cosa que no necesita explicación. Pero si nos preguntamos cómo queremos vivir, qué pedimos a la vida, qué le hace tener sentido para nosotros; se trata, verdaderamente, de preguntas —más o menos idénticas— que recibirán muchas respuestas diferentes. Unos dirán que quieren amor, otros escogerán el poder, otros seguridad y, otros, placeres sensuales y comodidades, mientras que otros preferirán la fama; pero lo más probable es que la mayoría coincidan en decir que quieren ser felices. Y éste es también, para la mayoría de los filósofos y de los teólogos, el propósito de los afanes humanos. Pero si entendemos por felicidad cosas tan diferentes e incompatibles como las citadas, será una idea abstracta y más bien vana. Se trata de examinar qué significa este término, tanto para el filósofo como para el profano.


[...]Llegamos, pues, al momento en que la pregunta por el sentido y la finalidad de la vida nos lleva a la cuestión de qué son las necesidades humanas.


En general, hay dos posturas contrarias. La primera, y casi la única que hoy se defiende, consiste en afirmar que la necesidad es algo enteramente subjetivo: es el afán de conseguir una cosa deseada con tanta ansia que justamente podemos llamar necesidad, y cuya satisfacción nos procura placer. Esta definición no atiende al origen de la necesidad. No se pregunta si es de raíz fisiológica, como en el caso del hambre y la sed; o si es debida al desarrollo social y cultural del hombre, como la necesidad de refinamiento en la comida y la bebida, o la de gozar del arte y del pensamiento; o si es socialmente inducida, como la de cigarrillos, coches y aparatos; ni, finalmente, si se trata de una necesidad patológica, como la de tener satisfacciones sádicas o masoquistas.
[...]

La postura contraria establece una diferenciación fundamental, atendiendo a si la necesidad conduce al desarrollo y bienestar del hombre, o lo obstaculiza y perjudica. Piensa en las necesidades que se originan en la naturaleza del hombre y conducen a su desarrollo y a la realización de sí mismo. No hay felicidad puramente subjetiva, sino objetiva, normativa. Sólo conduce a la felicidad el cumplimiento de los deseos que están en el interés del hombre. En el primer caso, digo: «Seré feliz si gozo todos los placeres que desee»; en el segundo: «Seré feliz si logro lo que debo desear, puesto que quiero alcanzar un máximo de bienestar».

E. Fromm, Del tener al ser. 1989

  1. ¿Cómo incide el Sentido de la Vida en nuestro bienestar psicológico?

Cole distinguió dos tipos de bienestar psicológico. Uno, vinculado a los eudaimonistas, poseedores de una motivación que da sentido a su existencia; y dos, el hedonista, que básicamente obtiene satisfacción de la constante autogratificación, especialmente a través de la búsqueda y posesión del placer material y físico. De forma inesperada –¿justicia poética o bioquímica?– Cole descubrió que, mientras el perfil genético de los eudaimonistas es favorable a las células del sistema inmune (potencia niveles bajos de inflamación y una fuerte expresión de genes vinculados a anticuerpos), el hedonista se manifiesta de forma contraria: alta inflamación y baja expresión de los genes antivirales y anticuerpos. ¿Cómo puede ser si ambos grupos, en principio, mostraron un mismo nivel de felicidad? Seguramente, opina Cole, la actitud de los primeros les lleva a vivir con más tranquilidad, con todos los beneficios que esto conlleva. Los hedonistas, en cambio, parece que viven con mucha más presión, lo que les acarrea estrés. Y este, entre otros muchos perjuicios, puede dañar los telómeros, los extremos de los cromosomas cuya función es evitar daños en el ADN, haciendo que envejezcan antes. Los placeres hedonistas, concluye Frederickson, son como calorías vacías que no aportan nada y no contribuyen a beneficiarnos físicamente. “Todo indica que a nivel celular el cuerpo responde positivamente al bienestar psicológico basado en el sentido de conexión y el propósito”, resume.

El sentido de la vida existe y no tiene nada que ver con la charlatanería. El País, Eva van den Berg, 2017. https://elpais.com/elpais/2017/05/11/buenavida/1494509669_387977.html 

Para finalizar, y con motivo del primer año de actividad, les pedí que comentaran libremente qué sentido tiene un Café Filosófico y sus comentarios no tuvieron desperdicio. Por último, escribimos un breve texto agradeciéndoles su participación, entrega y su constancia en esta actividad.


 

Por último, y como es tradicional ya, elegimos el tema del Café Filosófico Virtual nº 13 y la fecha:

"¿Qué es el amor?"

Domingo, 9 de mayo a las 17:00 (hora española)

Referencias

-Definición “Eudemonía”.

https://dle.rae.es/eudemon%C3%ADa


-González García, Juan Carlos; Diccionario de filosofía. Editorial EDAF, Biblioteca EDAF; Vol.252. Madrid 2000.

-La fonda filosófica - https://youtu.be/EOjyWjnxaRY

-E. Fromm, Del tener al ser. 1989
https://jesuitas.lat/uploads/tener-y-ser/ERICH%20FROMM%20-%201976%20-%20TENER%20Y%20SER.pdf


-El sentido de la vida existe y no tiene nada que ver con la charlatanería. El País, Eva van den Berg, 2017. https://elpais.com/elpais/2017/05/11/buenavida/1494509669_387977.html

Referencias de las/los asistentes que hicieron durante la sesión

El sentido de la vida, de J. Baggini


Un artículo de Nagel, El absurdo


Walden (1854), Henry David Thoreau

 

Película: "Soul" (2020, Pete Docte), Pixar 


Gustavo Bueno. El sentido de la vida. seis lecturas de filosofía moral (1996)



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