Koiné: Lengua común que se establece unificando los rasgos de diversas lenguas o dialectos. Pretende generar actividades de Filosofía aplicada y prácticas filosóficas en personas de todas las edades.

martes, 10 de mayo de 2022

Resumen: XXIII Café Filosófico Virtual: “¿Existe una pérdida de principios en nuestra sociedad?

  ** Aviso ** Esto es un resumen de la actividad. Puede contener equívocos y algunos comentarios o aportaciones que se hicieron pero que no se se recopilaron.

Comenzamos el Café Filosófico Virtual nº 23 con los saludos pertinentes y realizando, como es costumbre un pequeño estimulador reflexivo para posicionar algunas de nuestros principios éticos y relacionarlos con el tema. En esta ocasiones les pedimos que pensaran en los distintos principios éticos que han gobernado su vida durante las distintas etapas de esta.

Estos fueron algunos ejemplos.




Tras esta estimulante actividad pasamos a comentar los textos de esta semana.


1. ¿Qué es un principio?
Un principio es el comienzo de algo. El concepto también se emplea para nombrar a un valor o a un postulado que se tiene en cuenta para el desarrollo de una acción. Un principio, de este modo, puede ser equivalente a una norma.

Ético, por otra parte, refiere a lo relacionado con la ética (la rama filosófica que se centra en los asuntos morales). La ética, en este sentido, está formada por las reglas morales que se toman como base para el accionar.

Con estas aclaraciones, podemos analizar la noción de principio ético. Se trata de una regla que sirve como guía para definir la conducta, ya que recoge aquello que se toma como válido o bueno.
 
2. ¿Necesitamos los principios?
Los principios éticos formarán parte de lo más íntimo de los humanos y actuarán como inductores de comportamientos aceptables, y luego asumidos por el yo profundo, se interiorizan y forman parte de él. Y de ella se derivaran normas de comportamiento, y si quieren leyes. Las normas éticas son de obligado cumplimiento, pero en caso de no hacerlo no conllevan un castigo implícito. Posiblemente baste con la exclusión del sujeto, con no considerarlo.

Ética y moral, sus relaciones: Ética deriva de la palabra griega ethos, y la moral de la palabra latina moris pero ambas significan costumbre. Se refiere a costumbres, normas, reglas que las sociedades se han dado. Es sabido que no se puede vivir sin normas: las hay hasta en el fútbol. La moral establece normas de convivencia, que suelen ser distintas en las diferentes sociedades; ello ha creado sus costumbres. Ir o no cubierto, darse la mano, tolerar el destape, la pornografía, consumir o no drogas, conducir por la izquierda, o que exista el divorcio, etc?

La ética se orienta a la bondad o maldad de los actos. Los califica. Se basa en la razón y se orienta a verdades científicas, racionales. La moral incluye normas que, en general, nos vienen del exterior, mientras que la ética, del interior, las que aceptamos.
[...]
¿Qué sería una ética universal? Un conjunto de normas que rigen la conducta del individuo, las sociedades y las naciones, a todos ellos. Pero no es fácil implementarla, se necesita una aceptación ética universal de lo que está bien y mal. La Ética inventa normas propias, pero al ser universal, deben orientarse a vivir todos. Debe ser capaz de describir principios básicos, de interés global, para la persistencia con el mayor acuerdo entre todos y la preservación del planeta. Su regla básica sería el humanismo. Los seres humanos tienen dignidad y deben ser tratados con ella: no se acepta la violencia, el respeto a la vida es clave. Vea si es complejo: la sociedad se divide entre los que aceptan y/o quieren prohibir el aborto. Algunas religiones incluyen lo que sería la regla de la reciprocidad: no hagas lo que no quieres que hagan contigo. Ello implica: fraternidad, honestidad, integridad, amor a la verdad.
Jaime Merino, ¿Necesitamos una ética universal?

3. ¿Son los principios universales?
Kant propone como principio moral supremo la autonomía de la voluntad, es decir, la exigencia de que la voluntad se determine por su propia ley. Esto equivale a actuar como lo exige el "imperativo categórico", a saber, según aquella máxima que se pueda querer como ley universal. Sin entrar en temas específicos de la filosofía kantiana, importa señalar que el imperativo categórico es concebido como un procedimiento para juzgar moralmente los actos. Se trata quizás del mejor ejemplo de aquello que la Ilustración aspiró a brindar al debate público, a saber, criterios y métodos de justificación racional para evaluar el carácter moral de las acciones.

La búsqueda de principios universalmente válidos concluyó, a su vez, en la idea clave de que esos principios ya existen y que la tarea de la filosofía consiste en sacarlos a la luz. Su validez es independiente de la sociedad y la cultura, y una vez formulados, ningún ser racional podría negarlos. Al mismo tiempo, deben estar ligados a una clase de racionalidad práctica que no se subordine a ningún fin exterior a ella y que sea de una naturaleza superior a la racionalidad meramente instrumental. W. D. Ross, un filósofo que compartió en pleno siglo XX los supuestos ilustrados, ofrece una analogía que sirve para clarificar la manera en que se concibieron los principios éticos. La mente humana, sostiene este filósofo, "tiene en realidad una visión a priori de ciertos vastos principios de la moralidad", lo cual se debe a que "hay un sistema de verdad moral tan objetivo como debe serlo toda moral."
Está cerrado el debate acerca de la fundamentación de principios morales? La Ilustración y la fundamentación de la ética, Andrés Crelier
 
4. ¿Y si nos equivocamos en la Ilustración?
Entre la variedad de críticos del proyecto ilustrado, cuya completa reseña excede los límites de esta introducción, se puede mencionar también a los llamados "comunitaristas", grupo de pensadores que surge en las últimas décadas del siglo XX, en el ámbito anglosajón. Resulta apropiado reseñar brevemente la postura de dos de ellos, ya que sus puntos de vista expresan algunos de los reparos más recientes al proyecto ilustrado.

Alasdaire MacIntyre, quizás el más radical de ellos, sostiene que la nuestra es una cultura incoherente, constituida por fragmentos sociales y culturales heredados de diferentes tradiciones y distintas etapas de la modernidad. Esto se expresa en los evidentes desacuerdos que existen en nuestros días acerca de cuestiones morales, políticas y culturales básicas, desacuerdos que se extienden hasta los mismos procedimientos propuestos para resolverlos y se esconden tras una retórica de consenso. Como consecuencia, la imposibilidad de llegar a conclusiones racionalmente justificables coexiste, para MacIntyre, con luchas entre grupos particulares para imponer las propias convicciones.

Charles Taylor, sin ser tan extremo en sus planteos, habla de un "malestar de la modernidad", cifrado en el olvido de las "fuentes morales" por parte de la filosofía y la sociedad contemporáneas. Nuestra cultura es experimentada como una pérdida de los horizontes que en el pasado daban un sentido al mundo y a la vida social; se ha ampliado el alcance de la razón instrumental y se ha acentuado el giro subjetivo que empobrece las vidas y vuelve tentativas e inciertas las creencias morales.

Se trata, tanto en el caso de Taylor como en el de MacIntyre, de una lectura "en negativo" del proyecto ilustrado, según la cual los valores de la autonomía, la libertad del individuo y el distanciamiento reflexivo con respecto a las tradiciones del pasado, son vistos como las causas de los males de la cultura contemporánea. Esa visión de las cosas habilita a MacIntyre a hablar del "fracaso" de la Ilustración y a adelantar una razón histórica del mismo, relacionada con el rechazo moderno de la tradición aristotélica. Sin una visión teleológica como la de esa tradición, y sin una idea de la naturaleza humana como la cristiana, el intento de descubrir nuevos fundamentos racionales y seculares no pudo, según él, resistir las críticas racionales. Como consecuencia indeseable –recalcada crudamente por Nietzsche-, la moralidad se ha transformado en una máscara y no hay argumentos que oponer al "emotivismo", ya encarnado en nuestra cultura, que considera a toda moral como una expresión subjetiva.
Está cerrado el debate acerca de la fundamentación de principios morales? La Ilustración y la fundamentación de la ética, Andrés Crelier
 
5. Los cinco valores éticos más fundamentales (Según Occidente)
- El respeto es, ni más ni menos, que la base a través de la que se relacionan las personas y la vía para compartir intereses y necesidades en cualquier contexto: trabajo, familia, amistades, estudios… Es el valor bidireccional por excelencia, pues solo se entiende en ambas direcciones: respeto a los padres u otras figuras de autoridad, a la naturaleza, a la ley. También ayuda a entender otros valores éticos como la tolerancia o valores humanos como la empatía.

- La justicia se encarga de ser equitativa con las personas de un modo imparcial y aplicando reglamentos aceptados por el grueso de la sociedad y enfocados hacia el bien común. En este caso, justicia como término, no es más que la concepción que cada época tiene sobre sus normas jurídicas, y aspira a mantener la armonía entre personas y, entre personas e instituciones. Aunque la concepción de lo justo puede variar entre sociedades, en todas ellas existe un marco jurídico y la mayoría de los seres humanos tienen una concepción mental de su significado y una aspiración hacia este tipo de acciones.

- Nuestras sociedades no podrían funcionar sin justicia ni respeto, pero tampoco sin el establecimiento de compromisos y la asunción de responsabilidades. Las personas asumimos, conscientemente, una serie de obligaciones y respondemos ante las consecuencias derivadas en todos los ámbitos de la vida: trabajo, familia, amigos… Desde adoptar a un perro como nuevo miembro de la familia y cuidarlo toda su vida (comida, atenciones, paseos, gastos veterinarios), hasta aceptar un trabajo y realizar esta labor con tenacidad y estabilidad durante toda la duración del contrato.

-La honestidad es la que más relacionado está con el resto: con valores como la verdad, la justicia y el respeto. La honestidad es vivir de acuerdo a como pensamos y sentimos, ser coherentes con nuestro pensamiento y modo de vida, y relacionarnos de este modo con el mundo que nos rodea, las cosas que nos suceden y el resto de los seres humanos.

- La libertad es esa capacidad que posee todo ser humano para poder actuar a lo largo de su vida conforme a su propia voluntad, mediante una elección libre, sin condicionantes personales o externos. Sin embargo, la libertad también es una lucha constante, siempre relativa, porque las influencias que nos rodean nos limitan esta capacidad y hacen imposible que podamos hablar en términos absolutos. Quizá por esto último la libertad es, entre los valores éticos, por el que más se ha luchado, pues sin ella, es difícil que puedan desarrollarse la honestidad, la responsabilidad, la justicia o el respeto en nuestras sociedades.
Cinco valores éticos fundamentales, Ayuda en Acción
 
6. ¿Cuáles son los principios del mañana?
Sin duda: la bioética, en ese amplio sentido que coincide en este caso con el etimológico del término, tiene por negocio el fenómeno de la vida en sus diversas manifestaciones. Reuniéndolas bajo su supervisión, da buena muestra de que hoy en día resulta imposible reflexionar éticamente sobre un campo vital sin tener en cuenta los restantes, de modo que, de la, misma-manera que la primera ley del ecologismo consiste en recordar la interdependencia existente entre todos los lugares de la Tierra, podríamos decir que la ley primera de la bioética consistiría a su vez en recordar la interdependencia existente entre todas las manifestaciones de la vida. Se erige, pues, este saber, así entendido, en una suerte de ética general, que se las ha relacionado con toda la rica gama de fenómenos vitales, desde las cuestiones ecológicas a las clínicas, desde la investigación con humanos al problema de los presuntos derechos de los animales. Ño en vano uno de los primeros libros —si no el primero— .que ha-llevado el título «Bioética» entiende esta nueva disciplina como un puente entre la cultura de las ciencias y la de las humanidades para contribuir con ello al futuro de la especie humana, asegurando su supervivencia y la mejora.de la calidad de vida. Sería, pues, la bioética — en palabras de D. Gracia— un modo de enfocar la ética desde la defensa de la vida amenazada, (una macroética), que requiere, para ser responsable, operativizar en derecho y política. Por eso,,si la bioética descubre exigencias morales, tales exigencias reclaman un correspondiente bíoderecho, que ponga las condiciones para hacer efectiva su satisfacción en el ordenamiento jurídico, y una biopolítica, que organice intenacionalmente las instituciones y mecanismos para dar cauce a la efectiva satisfacción de las exigencias morales
[...]
 
Tres son los principios allí enunciados, el segundo dé los cuales puede,.a su vez,, desdoblarse en dos:

1) El respeto por las personas, que «incorpora al menos dos con vicciones éticas: primera, que los -individuos deberían ser tratados como seres autónomos, y segunda, que las personas cuya autonomía está disminuida deben ser objeto de protección».
2) El principio de beneficencia, según el cual «las personas son tra tadas de una forma ética, no sólo respetando sus decisiones y protegiendo las del daño, sino también haciendo un esfuerzo por asegurar su bienestar». La beneficencia no.se entiende aquí como una actitud supererogatoria, sino como una obligación del médico, y en este sentido se explícita en dos reglas: 1) el principio hipocrático de no-maleficencia, que es también el segundo de los deberes jurídicos expuesto por Ulpiano en el Corpus In ris Civilis, y que dice «neminem laede» (no dañes a nadie), 2) la obligación-de «extremar los posibles beneficios y minimizar los posibles riesgos». 3) El principio de justicia, que. intenta responder a la pregunta «¿quién debe recibir los beneficios de la investigación y sufrir sus cargas?»
Ética aplicada y democracia radical, Adela Cortina.


7. Los principios líquidos en la modernidad líquida

La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Más allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada. Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.
[...]
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente
[...]
Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónica había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.
Zygmunt Bauman: Modernidad líquida y fragilidad humana, Adolfo Vásquez Rocca
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 19 (2008.3)


Para terminar elegimos la fecha y el tema del Café Filosófico Virtual nº 24.
Domingo, 12 de junio a las 17:00 (hora española)
 
¿Está el ser humano preparado para el poliamor?
 
 
 
8. Referencias

Jaime Merino, ¿Necesitamos una ética universal?
https://www.informacion.es/opinion/2015/06/21/necesitamos-etica-universal-6385041.html

Definición Principio-Ético
https://definicion.de/principio-etico/

Está cerrado el debate acerca de la fundamentación de principios morales? La Ilustración y la fundamentación de la ética, Andrés Crelier. Revista al tema del hombre. Serie: La responsabilidad.
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/0308/etica.htm

Cinco valores éticos fundamentales, Ayuda en Acción
https://ayudaenaccion.org/blog/educacion/valores-eticos-ejemplos/

Ética aplicada y democracia radical, Adela Cortina, Tecnos, 2008.

Zygmunt Bauman: Modernidad líquida y fragilidad humana
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 19 (2008.3)
https://revistas.ucm.es/index.php/NOMA/article/download/NOMA0808320309A/26351


Recuerda que para participar debes rellenar este formulario previamente.  

Puedes encontrar más información sobre esta actividad en nuestras redes sociales: Facebook, Instagram, Twitter, en nuestro canal de Youtube, también puedes escuchar el podcast.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La filosofía no promete asegurar nada externo al hombre:[...] el objeto del arte de vivir es la propia vida de cada cual.
Epicteto