La sesión comenzó dando, como siempre, los 10 minutos de
cortesía para que la gente puediera tomar asiento y llenar las copas para la cata
comentada del vino que Saborea Criptana preparó: San Valentín.
Además, para la ocasión contamos con la ayuda de Nuria Muñoz para apreciar los matices de este vino semidulce y realizar, adecuadamente, los procedimientos de la cata.
Al comenzar la parte filosófica nos paramos a entender cuál
es la etimología del concepto de religión. Así que vimos qué dijo Cicerón,
Lactancio y Ortega y Gasset sobre las diferentes percepciones del concepto de religión
y de la persona considerada religiosa.
Destacamos algunas de las preguntas que fueron saliendo en
el transcurso de la actividad:
¿Pueden convivir ciencia y religión?
¿Es la superstición los últimos coletazos del mito en nuestra sociedad actual?
¿Sacia la religión nuestras preguntas sin respuestas?
¿La imposición de dogmas en los niños no les convierte en adultos frustrados?
¿Pueden nuestros paradigmas ser tan poco “seguro”?
¿Podemos vivir en la incertidumbre, en verdades no permanentes?
¿Es realmente el cristianismo antinatural?
¿Pueden nuestra sociedad española vivir y conocer una religión que no sea la mayoritaria?
¿Es la superstición los últimos coletazos del mito en nuestra sociedad actual?
¿Sacia la religión nuestras preguntas sin respuestas?
¿La imposición de dogmas en los niños no les convierte en adultos frustrados?
¿Pueden nuestros paradigmas ser tan poco “seguro”?
¿Podemos vivir en la incertidumbre, en verdades no permanentes?
¿Es realmente el cristianismo antinatural?
¿Pueden nuestra sociedad española vivir y conocer una religión que no sea la mayoritaria?
Además, durante la actividad fuimos comentando e
incorporando algunos textos que venían a colación por las ideas expuestas de
los asistentes.
A primera vista, parece un enigma cómo sea
posible enlazar la tendencia a emancipar al individuo de los lazos que le unen
al mundo, propios del calvinismo, con la indudable superioridad del calvinismo
en la organización social. Ello es una consecuencia del matiz que adquirió el
cristiano amor al prójimo. Bajo la presión del aislamiento interior del
individuo realizado por la fe calvinista.
[…]El Dios
del calvinista no exigía de sus fieles la realización de tales o cuales buenas obras, sino una santidad en el
obrar elevada a sistema; así, el
penitente posee una regla segura con la que sabe a qué atenerse exactamente, y
por la cual orienta y dirige toda su vida. Prudente, alerta y precavido, vive
con arreglo a la ley.
Max Weber, La ética protestante y el espíritu del
capitalismo. Pág. 129 y 149.
El elemento
común está, según ya hemos indicado, en el hecho de que siempre que los griegos
tuvieron experiencia de lo Divino mantuvieron los ojos constantemente fijos en
la realidad, resultando todas sus experiencias orientadas en esta dirección.
[…]La religión griega es mucho más rica y mucho menos limitada en su
desarrollo. No consiste en enseñanzas reveladas y sólo en medida limitada
conciliables con un pensar racional; brota de una copiosa profusión de imágenes
míticas del mundo cuyas características varían constantemente.
Werner
Jaeger, La teología de los primeros
filósofos griegos. Pág. 172
Los preceptos
éticos que propone el budismo constituyen, pues, puntos de referencia, llamamientos
al altruismo y a una actitud constructiva para con uno mismo, consejos
similares a los de un médico. Ponen de relieve las consecuencias de nuestros
actos y nos incitan a evitar los que provocan el sufrimiento a corto o largo
plazo. […]Como observa Jean-Jacques Rousseau: <<El rico siente poca
compasión por el pobre porque es incapaz de imaginarse siendo pobre>>. El
pescador inflige una cruel tortura al pez porque es incapaz de imaginarse
siendo un pez. La ética budista exige que luego que lo amemos como a nosotros
mismos y, por último, que le concedamos toda la importancia, pues al fin al
cabo nosotros somos un solo ser, mientras que los demás son innumerables.
Matthieu
Ricard, En defensa de la felicidad. Cap. El
punto de vista del otro. Pág. 291
Cuando se
pierde el gran Tao, aparecen la moralidad y el deber. Cuando la inteligencia y
el conocimiento prosperan, surgen las grandes mentiras. Cuando nace el
desacuerdo entre parientes, aparecen el deber filial y el amor. Cuando la
confusión se expande por el estado, surgen los leales funcionarios.
Lao Tse, Tao Te King. XVII, Pág. 64
La “ley”, la
“voluntad de Dios”, la “Sagrada Escritura”, la “inspiración”, son palabras que
expresan sin excepción las condiciones bajo las cuales aseguran su dominio.
Estos conceptos constituyen la base de todas las organizaciones sacerdotales,
de todos los señoríos sacerdotales o filosófico-sacerdotales. La “santa
mentira”, que Confucio, El Código de
Manú, Mahoma y la Iglesia cristiana tienen de común, no falta tampoco en
Platón. “Es dada la verdad”: esto significa que allí donde se afirma; el
sacerdote miente…
Friedrich
Nietzsche, El anticristo. Pág. 106.
Por último, y como es requerido, elegimos el tema del
próximo (VI) vino filosófico: El Valor
(la valentía)
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